Pintora, poetisa, música y bailarina a la
vez, la geisha encarna a su manera una "mujer de sueño" ni madre, ni
esposa; ni mujer, ni niña, ni prostituta...
Es a partir de 1750, que aparecen, las Geishas.
La palabra Geisha significa literalmente persona de las artes o artista. Música, ceremonia del té, todo el ritual del pelo, el maquillaje, el Kimono, instrumento indispensable para la seducción al mismo tiempo que reflejo de su rango y de su riqueza. A las más jóvenes les tocaba los colores más vivos, las telas con los estampados más llamativos, las obis más largas. Gran lazo que ajusta con fuerza el talle de la geisha y que a veces es tan pesado que se equilibra hacia atrás el porte de la desafortunada coqueta. Tantas formas de anudarlo como significaciones... Para la vil prostituta obligada a desvestirse varias veces por día para realizar su trabajo, un simple lazo anudado por delante del vestido es suficiente.
El Peinado: Gigantesco
moño, que se sujetan gracias a la cera caliente y del aceite de camelia como
lubrificante, se le llama "hendidura de melocotón".
El Maquillaje: un rostro muy blanco,
criterios basados por un edicto de shogun que se remonta al s-XVII. Algunas
cortesanas llegaban, incluso, a lacar de negro sus dientes para realzar el
resplandor de su piel. Lunares de cejas rasuradas y después pintadas de
nuevo, se adornaban con el trazo pícaro y sensual de una minúscula boca con
acentos carmín. Como una coma de sangre en una página desesperadamente
virgen...
Los regalos son signos tangibles de su seducción y de su poder. Está
bien visto aceptar, bajar los ojos, inclinar la nuca e, incluso, dejar
deslizar un poco de tela del vestido para dejar adivinar el fragor tierno y
rosado de la carne; invitación secreta a placeres que algunos juzgan
prohibidos. Si, está prohibido dejar hablar las emociones del corazón (se
considera el amor fuera de lugar, incluso se entiende como vulgar dentro
del okiya), pero es muy
útil, seducir a un potencial danna, protector titular cuyos favores les
brindará ese amparo tan necesario contra las vicisitudes del tiempo y los
reversos de la fortuna. Extraño código moral es este juego sutil entre el
deseo y el rechazo, entre lo permitido y lo prohibido, entre lo visible y lo
oculto, las geishas aparecen desde muchos puntos de vista como un ser híbrido
o al menos desconcertante...
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Hecho por: Atzimba Parra Fonz |
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